Víctima de las circunstancias: cómo Japón compró un Tiger


Cuando hablamos del arte de la guerra, siempre debemos tener en cuenta que el desarrollo de Japón se basa en su condición de isla: la marina y la aviación eran la prioridad máxima. En realidad, el ejército terrestre no era débil, pero en términos de equipamiento militar se encontraba sin duda en inferioridad a los países europeos, acostumbrados a la guerra en tierra firme.

Esto se hace evidente al fijarnos en los vehículos blindados japoneses. Incluso el carro blindado más desarrollado que se produjo en masa en Japón, el Type 97 ShinHoTo Chi-Ha, no era rival para el T-34 soviético, el Pz.Kpfw IV alemán o el Sherman estadounidense. El Ejército japonés no usaba nunca carros pesados.


El Imperio en peligro

La baja calidad de los carros japoneses no era el resultado de acciones erróneas de sus líderes militares. El principal escenario de las operaciones bélicas japonesas eran las islas del Pacífico. Todos los vehículos y el equipamiento suplementario debían transportarse por mar, por lo que el peso era una restricción. El terreno de las islas tampoco era adecuado para vehículos pesados. El armamento de China, el mayor rival de Japón, era de una calidad bastante pobre y las capacidades de combate de los vehículos japoneses en comparación con el Ejército chino eran más que suficientes.




Fotografía de la propaganda alemana que mostraba a los oficiales japoneses manejando un carro blindado Tiger.
Foto del libro Germany’s Tiger Tanks, de T. Jentz y H. Doyle



El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó a los Estados Unidos. Estos acontecimientos marcaron el inicio de la expansión triunfal del Imperio japonés sobre las islas del Pacífico. Los japoneses invadieron Filipinas, múltiples islas de Oceanía y zonas de Nueva Guinea. Para remediar la situación, las fuerzas Aliadas tendrían que invertir mucho tiempo y esfuerzo si querían recuperar terreno.

Mientras duró su dominación en la región del Pacífico, los japoneses crearon un perímetro defensivo, en el que las islas desempeñaban la función de fortalezas. Después, los estadounidenses empezaron a contraatacar. En junio de 1942, los japoneses perdieron cuatro portaaviones durante la batalla de Midway. La batalla de Guadalcanal, que duró seis meses y finalizó en febrero de 1943 con la victoria de las fuerzas estadounidenses, les permitió arrebatar la iniciativa estratégica a Japón. Su perímetro defensivo empezó a desmontarse con los ataques estadounidenses, que iban ganando islas y aproximándose a Japón.

En estas circunstancias, los líderes militares japoneses empezaron a considerar la amenaza de una invasión estadounidense. Para resistir los ataques norteamericanos, los japoneses necesitaban carros pesados; sin embargo, ninguno de sus proyectos pasaría de la fase de diseño para materializarse en metal. En cambio, en ese momento sus aliados alemanes se frotaban las manos con su nuevo y poderoso vehículo blindado: el Pz.Kpfw. VI Tiger.



Un envío perdido



Proyecto de portaaviones submarino japonés I-400. El plan era usar este barco para transportar el Tiger por el océano.


Alemania respondió a la llamada de sus aliados del Eje. Hiroshi Oshima, el embajador japonés, visitó las instalaciones de Kummersdorf y vio la producción de Tigers en las plantas de Henschel (de forma general, se puede decir que el embajador llegó a conocer bastante bien el producto). Se mostró entusiasmado con la idea e inició negociaciones con el ministro alemán de Armamento.

En 1943, los japoneses recibieron dos paquetes con documentación técnica. En aquella época, el costo estimado para producir un Tiger era de aproximadamente 300 000 marcos, sin embargo, el ministro de Armamento y la compañía Henschel les pedían 645 000 marcos a los japoneses. El precio estaba por las nubes, pero los alemanes no iban a cobrárselo sin más a sus aliados del otro lado del mundo. En primer lugar, abastecerían el vehículo con munición, radio y ópticas. Después, los alemanes estarían listos para desmontar y empaquetar el carro antes de enviarlo a Japón. Además, parece que el coste de la documentación técnica también estaba incluida en el precio.

¿Por qué había que desmontarlo? El acuerdo en sí no presentaba grandes dificultades, pero el envío sí. La posibilidad de utilizar barcos ordinarios se descartó, dado que los Aliados controlaban el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Transportarlo por vía submarina parecía la única alternativa; sin embargo, no era una idea ni mucho menos brillante, ya que no había muchas embarcaciones que pudiesen llevar un mastodonte con una estructura de 30 toneladas. Los portaaviones submarinos que hubieran podido llevarlo a cabo no estaban finalizados, y el Tiger tenía muchas posibilidades de quedarse por el camino en su ruta a Japón. En el mejor de los pronósticos, la entrega llegaría en diciembre de 1944.

No obstante, el carro se envió al puerto de Burdeos. En febrero de 1944, los japoneses pagaron el encargo y se convirtieron en propietarios oficiales del Tiger, pero aún quedaban cabos sueltos. En el verano de 1944, los Aliados desembarcaron en Normandía y pusieron a Alemania en jaque.

Una decisión de la Alta Comandancia Suprema del Ejército alemán del 21 de septiembre de 1944 ordenó el arriendo del Tiger por las fuerzas de campo (otras fuentes dicen que lo confiscaron). De esa forma, el envío se perdió en el Frente Occidental.

en otro articulo encontre.......




En 1943, solo temprana Panther Ausf D junto con PzKpfw VI Tiger fue vendido a Japón, pero ambos nunca fueron entregados debido a la situación de guerra y habían sido prestados por el Japón al ejército alemán.

Izquierda: japonés agregado militar coronel Ioshida que revisa la compró Panther en la planta de Henschel.

Foto proporcionada por Dmitry Pyatakhin.